805 millones de personas tienen hambre en el mundo. No es que tengan hambre, es que padecen lo que la FAO (organización mundial de las Naciones Unidas responsable de dar cifras en esta materia) cataloga como ‘hambrientos crónicos‘.
Es decir, que su ingestión alimentaria durante al menos un año no ha llegado a cubrir sus necesidades energéticas mínimas. Alguien puede decir que es una cifra alta, sí, pero que hemos evolucionado porque en 1991 había 1.000 millones de hambrientos. Ya, claro, pero seguimos teniendo 805 millones de personas que no comen diariamente.
“El hambre es muy confusa“, dice Martín Caparrós en su libro ‘El Hambre’ (ed. Anagrama). “Las cifras varían: es muy difícil calcular con precisión cuántos hombres y mujeres en el mundo pasan hambre. La mayoría vive en países con Estados precarios, incapaces de registrar a buena parte de sus ciudadanos, y las organizaciones que tratan de contarlos tienen que usar, en lugar de censos detallados, cálculos estadísticos”.
“La FAO consiguió últimamente reducir la cantidad de desnutridos en el mundo con un cambio en la metodología de sus cálculos”, explica Caparrós.
Para que nos hagamos una idea, en Europa vivimos 739millones de personas. ¿Se imaginan a todo el continente europeo pasando hambre crónica? ¡Y aún podríamos rascar algunos asiáticos o africanos para comparar la cifra con la cantidad de hambrientos en el mundo! Los datos son terribles, pero te hacen pensar.
En España sólo vivimos 46 millones y, por suerte, no tenemos este tipo de enfermedad. Aunque sí causas derivadas que damos por llamarlas: ‘desnutrición‘, ‘malnutrición’, ‘alimentación precaria‘ o directamente lo incluimos dentro del saco de la palabra ‘Pobreza‘.
Barcelona, ciudad turística y cosmopolita, también tiene etiquetas de éstas aunque intenten ocultarse. El año pasado, Mercè Darnell, responsable de Càritas Barcelona, decía que “cada vez había más familias con una alimentación desequilibrada, precaria e insuficiente“. Y que vivían en una situación de “inseguridad alimentaria“.
Y el periodista Jesús Martínez, escribió un libro titulado: “La pobreza en Barcelona en los años del Big Crap (2008-14)” que deja explícita la situación actual:
“Hay quien cree que lo peor de la crisis económica ya ha pasado. Barcelona ingresa cada año miles de millones de euros gracias al turismo. Pero según los datos del Instituto Nacional de Estadística sobre condiciones de vida, sigue aumentando el riesgo de que se formen bolsas de pobreza, zonas de marginalidad y atraso económico. En la Barcelona del Mobile World Congress y de los enormes cruceros, las desigualdades se agigantan, y se siguen viviendo historias de frontera, de héroes que no reciben medallas. Como la de Abderrahman, preocupado por si alguien le roba sus cartones; la de Ndrin, que alimenta a su bebé gracias a la beneficencia, y la de Irene, que lucha para que no la echen de su piso en la Zona Franca de Barcelona”.
Recientemente, el programa ‘Sense Ficció de TV3 emitió un documental titulado: “Sobrevivir a la nevera” donde se denuncia la cantidad de comida que se tira diariamente debido a la tiranía de los mercados; y cómo cada vez más gente acude al Banco de Alimentos en busca de algo de comida porque no tiene para comprar.
Éste es sólo el aperitivo de la Hackathon de Datos del Kosmopolis15, que se celebrará en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, del 18 al 21 de marzo.
Si tienes ganas de ir al fondo de la cuestión, de extraer todos los datos recopilados sobre la pobreza y el hambre en España, en Cataluña o en tu ciudad, lee las bases y regístrate ya aquí.
¡Te esperamos!
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