El Festival Ars Electronica celebra este año su 25 aniversario. Dos décadas y media dedicándose a explorar y combinar el arte, con la tecnología, la ciencia y la sociedad.
Hace unos meses tuve la oportunidad de conversar con el director de FutureLab del Ars Electronica, quien está convencido de que “sin las máquinas actuales seríamos estúpidos y limitados”.
Horst Hörtner fue ponente en el evento anual del BarcelonaLab, un laboratorio abierto a la cultura y la innovación de la ciudad.
Hörtner y yo empezamos hablando de los drones con los que experimentan en FutureLab, revisamos la dependencia que tenemos por las máquinas, nos paramos en el Bosón de Higgs, regresamos al Renacimiento, echamos un repaso a la educación actual y acabamos divagando sobre el futuro y el sentido de la vida.
Una conversación única y, probablemente, irrepetible 😉
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¿Qué forma tienen los drones con los que han trabajado?
Desde tierra no se aprecian bien. Tienen forma de helicópteros pequeños pero no con cámaras sino con sensores. No sirven para hacer una vigilancia aérea. Cada uno de estos aparatos son píxeles en el cielo. A nosotros nos gusta llamarlos ‘Spaxels’. Los inventamos hace dos años y los estamos probando en diferentes espectáculos.
No le gusta mucho llamarlos drones, ¿verdad?
La palabra tiene connotaciones militares. Se dice ‘drones’ y se piensa en espionaje, armas militares, etc. Pero esto cambiará. Al principio, los ordenadores también tenían fines militares y ahora no tienen ninguna connotación negativa.
¿Qué usos cree que tendrán los drones en unos años?
Servirán para transportar medicinas, para crear arte en el cielo, para ayudar en temas sociales. Hasta ahora han sido tremendamente caros pero cuando haya más demanda bajará el precio y veremos nuevas utilidades.
Ars Electrónica viene combinando los conceptos arte, tecnología y sociedad desde 1979. ¿Qué cambios ha observado en 25 años?
Bueno, el año que se creaba Ars Electronica, Bill Gates estaba en un garaje inventando su sistema operativo, Windows. En aquella época, sólo algunos pensadores de medios comenzaron a extrapolar la influencia de la tecnología a través de los aparatos electrónicos en la sociedad. Ars Electronica reunió a filósofos, científicos, artistas, gente muy diferente que venía de disciplinas muy diversas. Era la época que no había grabadoras como la que tienes en la mano, ni máquinas de café como la del pasillo, ni a nadie se le había ocurrido todavía acuñar la etiqueta ‘Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC)’ . Nada de lo que tenemos actualmente, puede funcionar ya sin estas tecnologías.
Y ahora, ¿hacia dónde vamos?
Ahora somos tecnología en movimiento. Cada paso que damos, por pequeño que sea, está basado en las TIC. Para aumentar nuestro conocimiento, necesitamos utilizar los ordenadores. Necesitamos las máquinas para digerir todos los datos que estamos acumulando a velocidades aceleradas. Para saber más sobre nuestro universo, para todo.
Da un poco de miedo ser tan dependientes de las máquinas, ¿no le parece?
No, no me lo parece. Sin las máquinas seríamos estúpidos. No hubiéramos sido capaces de encontrar la partícula de Higgs. Eso fue hace sólo un año y medio. Ni el mapa genético, ni avanzar en la nanotecnología.
Cierto, pero tachar de estúpidas a las generaciones pasadas es despreciar el conocimiento acumulado.
De acuerdo, tal vez he sido un poco provocativo y habría que decir que estábamos limitados o incapacitados para saber y aprender todo lo que ahora podemos. No hubiera sido posible pensar como pensamos hoy sin las máquinas. También es la única manera de cometer los errores que cometemos.
Siempre se aprende de los errores …
Sí, pero con el potencial tecnológico que tenemos hoy hemos destruido mucho el Planeta. Sin embargo, la única manera de seguir avanzando es usar las máquinas para obtener más conocimiento.
¿Estamos viviendo una nueva era con la revolución tecnológica?
Bueno, encuentro alguna similitud entre el momento actual y el Renacimiento, cuando los científicos intentaban explicar a la sociedad cómo funcionaba el mundo, cuál era la figura de Dios, etc.
¿Por qué le recuerda ese momento pasado?
Por la motivación que tenemos en la apertura y descubrimiento, por el énfasis que hay en el terreno artístico, por la curiosidad que aún tenemos por la ciencia. Los científicos expanden la base del conocimiento. Los artistas hacen lo mismo pero a través de la experiencia. Ambos sectores exploran las fronteras de nuestra esencia.
¿Es difícil combinar el mundo artístico con el científico?
No para mí. Sólo se tiene esta concepción actualmente. En el mundo griego no había ninguna diferencia entre tecnología, ciencia y arte. Sólo existía la palabra ‘técnica’ para designar estas tres especializaciones. Leonardo da Vinci invirtió en arte pero también en medicina y ciencia.
¿En qué momento cree que se separan las disciplinas?
No sé, realmente. Quizás el gran error fue cuando la Iglesia católica no permitió a Galileo Galilei que aplicase su ‘Diálogo sobre los principales sistemas del mundo’ (1633) y ahí empezó el gran conflicto. Ya no había una única verdad, sino dos.
Y siglos más tarde, en las universidades se dividió el conocimiento entre ‘Letras’ y ‘Ciencias’
Desde hace siglos, los niños de 7 años estudian Matemáticas, los de 8, Geometría, los de 9 Música, los de 10 Arte, etc. Todo está muy separado del resto. Pero creo que la cuestión no es ésta, sino que está en la mente de los que configuran el currículum de los estudios. Todavía estamos utilizando lo que se diseñó en la época de la revolución industrial. Es momento de repensar la educación que estamos ofreciendo.
¿Dónde queda la tecnología?
En todas partes. Sin tecnología no existiría lo que hoy nos hace vivir. Los móviles mismo. Los que tenemos hoy son 16 veces más potentes que los ordenadores que de la misión espacial Apolo en 1968. Teóricamente podríamos volar a la Luna con ellos. ¿No suena fantástico?
¿Qué es el futuro para usted? Alguien que dirige un laboratorio llamado ‘FutureLab’ lo debe tener muy claro.
El futuro es lo que está en las manos de los que aman crear y diseñar algo nuevo.
Una definición muy general, ¿no cree?
Es que nadie puede saber lo que pasará. ¡Y eso es súper! Nosotros, en el 2014, podemos hablar de cualquier futuro porque no tenemos límites. Pero … la motivación siempre es hacer de este planeta un mundo mejor. Nos equivocamos y cometemos errores muy grandes porque somos estúpidos pero siempre ha de existir la intención de crear un mundo mejor.
¿Éste sería el sentido de la vida?
No tengo ni idea (risas).
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