Hace unos años creía que los medios en Internet tenían la obligación de abrir sus noticias para que cuantos las leyeran tuvieran la oportunidad de aportar algún enlace, algún comentario significativo, apuntar hacia un documento relacionado, entablar un debate con otro participante lector, etc. Hoy ya no lo tengo tan claro.
Yo vengo de aquellos medios digitales que empezaron en los albores de Internet en España, allá por el año 1995. Entonces, no dejaban espacios a los lectores para que participaran. Y los conectados acudíamos a las añoradas BBS a relacionarnos y debatir. Después, se pusieron de moda los grupos USENET y allá disfrutábamos abriendo carpetitas y entrando a mil y una materia con gente de todo el mundo.
En estos foros y BBS los debates eran automoderados y todos los presentes, virtualmente, teníamos muy clara la frontera del comentario insultante u ofensivo. En cuanto alguien se pasaba de la ralla, siempre había una voz que iba dando un toque para que no desenfocárnos y expresarnos en paz.
Después tuve la gran suerte de formar parte del equipo de en.red.ando que abrió el primer en.medi@, “una tecnología de encuentro para debatir”. Con Luis Ángel Fernanéz Hermana a la cabeza, aprendías las normas básicas de la moderación y el arte de la fidelización en comunidades virtuales. Sin saberlo, era lo que hoy llamamos ‘Comunity Manager’. Por aquel entonces, 1998-99, llegamos a tener una interesante y nutrida comunidad de más de 1.000 personas, muchas de ellas procedentes de países latinoaméricanos.
Uno de los pilares de éxito de en.med@ fue, sin duda, su moderación. Pero no entendida para controlar o censurar los comentarios desmedidos de los participantes. Eso eran tareas menores. El equipo de periodistas que había detrás nos dedicábamos a incentivar el debate rebuscando por las tripas de Internet documentación extra relacionada, enlaces o entrevistas originales a expertos que pudieran complementar lo que se estaba debatiendo. De esta manera, el flujo de los mensajes era constante y siempre de una altísima calidad.
En el 2004, los medios digitales decidieron abrir sus noticias a los comentarios de los lectores, como una gran novedad. Sin embargo, les quedaba mucho camino por recorrer. Los errores y aciertos que experimentamos hace una década con en.medi@, todavía no los han analizado los medios digitales. Seis años más tarde de aquella supuesta ‘novedad’, algunos diarios reculan en su política del ‘Todo vale’ y desde el anonimato con tal de conseguir centenares o miles de comentarios.
¿Falta de recursos o falta de comentarios inteligentes?
El diario catalán AVUI anunció, el pasado 24 de enero, que restringía los comentarios que no estuvieran identificados previamente. “Con esta decisión se pretende unificar los mecanismos de participación del lector estableciendo los mismos criterios en la versión digital que en la de papel, donde no se admiten comentarios o cartas anónimas”. Y no es el único. En los últimos años, otros medios digitales han acabado cerrando ciertas noticias susceptibles de descontrolarse. ¿Aportan alguna cosa los comentarios de los lectores?
La verdad es que bien poco. Quizás porque los medios no destinan a periodistas cuya principal función sea la de añadir artículos, enlaces y documentos que proporcionen más reflexiones interesantes, como hacíamos en en.medi@. Quizás porque la presentación de los comentarios (uno debajo de otro, sin ningún hilo de seguimiento como ocurre en los grupos de debate) no incita a saber lo que se ha dicho en 20 páginas más allá. Ni siquiera en la anterior. El caso es que los comentarios de los lectores, o de los participantes, ya no son lo que eran.
Hace unos meses se dio a conocer un Estudio por encargo del Consell de la Informació de Catalunya, donde se reconocía que ni publicar las normas de participación bien visibles evita el insulto del lector hacia otros, los comentarios no pertinentes a la noticia o los mensajes publicitarios. “Aunque la cantidad de comentarios en cada noticia puede ser muy alta, los argumentos son mínimos, no se citan fuentes que complementen la información, la maticen o la enriquezccan desde la posición del lector”.
Y concluyen: “Si las redacciones tuvieran más recursos humanos se incentivaría el debate y se conseguirían ideas de los comentarios para nuevos temas periodísticos”.
Aquí está el quid de la cuestión. Pero… ¿sale a cuenta preparar a los periodistas para que incentiven un debate de los lectores a partir de sus noticias, al modeo de en.medi@? Hasta la fecha, los medios digitales no están apostando por aumentar la calidad de este tipo de participación.
Saludos
pd: Excarvando por Internet, he encontrado un artículo de Juan Varela, ‘Ideas para la participación de calidad’ publicado en Periodistas21 en el 2005. Y él, hablaba ya de lo mismo. ¿Avanzamos?
Hola Karma!
Em sembla que el tema que has tocat és un (altre) exemple que alguna cosa no funciona prou bé… No sé si és un problema “global” o no, però, independentment del què poden aportar periodistes amb la seva feina a través dels comentaris, em sembla evident que no només falten comentaris intel·ligents (espero no servir d’exemple!) sinó sobre tot educació (en el doble sentit, de ser persones educades, i formades… no sé si m’explico…).
[…] This post was Twitted by ruthblanch […]
[…] This post was mentioned on Twitter by Francesc Balagué, Marina Meseguer. Marina Meseguer said: Interessant article sobre els comentaris a les noticies de @kpeiro. Ajuden al debat? Quins són els límits? http://bit.ly/bSakHG […]
Doncs si, a mi sempre m’ha sorprès la tolerància que tenen els “moderadors” (si és que n’hi ha, d’alguns mitjans…
Alguns comentaris serien denunciables, però darrera l’anonimat tot s’hi val.
Per exemple, en aquest cas del Periódico: http://www.elperiodico.cat/ca/noticias/societat/20100821/nena-laura-dekker-comenca-seva-volta-mon-solitari/445172.shtml
n’hi ha un (21/08/2010 20:36) bastant fora de lloc; i tot i la possibilitat de denunciar comentaris o votar en positiu o en negatiu, aquest sistema no filtra. Dóna la responsabilitat als usuaris, que votin, però no desapareixen els que estan fora de lloc o directament insulten, etc.
Queda molt camí per fer…
Salutacions!